Mis datos
¿Cómo soy?
Me entregan
- Con cartilla
- Desparasitado
- Esterilizado
- Con microchip
- Vacunado
Mi historia
Soy Picolino, un gatito hijo de la calle. Hace unas semanas me puse muy malito y la verdad es que iba de cabeza al morimiento pero al final no. Desde entonces vivo que esto no es vivir, me retuvieron en contra de mi voluntad y por si no fuera suficiente castigo soy torturado con besuqueos sonoros y espachurramiento de cuerpito. Esto empieza a afectarme y la verdad es que no me reconozco, en vez de bufar y lanzar maldiciones el rabito se me levanta cuando me hacen cosquillas en la espalda, y me sale un sonido raro de la garganta. Ronroneo creo que lo llaman. Empiezo a pensar que los humanos no dan miedo y a fantasear con unos propios, con enroscarme hecho una bolita en su pecho y que me protejan de todo lo malo del mundo. Yo podría, a cambio, ayudarles a redecorar las estanterías tirando las figuritas más horteras que tengan y así no se aburrirán nunca de la misma decoración. No sé si el arreglo podría funcionar. Yo me veo en el reflejo de mi jaula y pienso que estoy pa enamorar, pero los humanos sois tan raros que no estoy seguro de encontrar unos que me quieran de verdad, porque no soy de raza ni nada de esas cosas que os gustan. Tengo dos meses y vivo en Sevilla, pero estoy dispuesto a viajar. Tanto si vives en casa como en piso, si te planteas darnos la oportunidad de acompañarnos en la aventura de la vida, tienes que saber que como todos los gatitos necesito que las ventanas, balcones, patios o accesos al exterior estén protegidos impidiendo que me pueda salir y perder o caer. Ojalá que alguien me imagine en sus sueños como les imagino yo en los míos.
El legado de Aroa Protectora
- Vacunaciones y desparasitaciónes al día, microchip, esterilización o castración, cartilla sanitaria y/u otros gastos.
- Para más información consultar con la protectora.